El autor de verdaderos clásicos del sonido tropical colombiano como “Amaneciendo”, “Las cuatro fiestas”, “Los gansos”, “Inmaculada” y “Fantasía nocturna”, se encontraba desde hace cinco días recluido en la clínica Jorge Enrique Medrano de la capital atlanticense. Ya en julio de este año había pasado por la misma situación, y unos meses atrás había sido objeto de amputación de sus miembros inferiores a consecuencia de la diabetes.
Adolfo Echeverría había nacido en septiembre de 1934, y se inició en un programa de aficionados en la cadena radial Emisoras Unidas de Barranquilla, cantando baladas y rancheras, mientras alternaba con sus labores como vendedor de ropa. En 1961 nació su primer gran éxito, “Las cuatro fiestas”, que habla justamente de las cuatro festividades que inician el 8 de diciembre con la noche de las velitas, siguen con Navidad y Año Nuevo y concluyen con los carnavales en Barranquilla. La canción fue grabada por amigos suyos que trabajaban en el restaurante Mónaco, y que integraban el llamado Cuarteto del Mónaco, dirigido por Ángel Monsalvo con la voz de Nury Borrás. Él mismo se encargó de llevar la cinta a Medellín, a alguna de las disqueras de la ciudad, pero a ningún productor le interesó. Luego, al hacer copias de manera independiente en Barranquilla, el disco se empezó a vender como arroz.
Mientras tanto, la orquesta antioqueña Los Graduados empezó a hacer exitosas otras composiciones de Echeverría, entre ellas “Los gansos” y “Fantasía nocturna”, también conocida como “Lucerito”, tema del que el cantante principal de aquella orquesta, Gustavo “Loko” Quintero, siempre manifestó que se trataba de su canción favorita en la vida. Otra composición de Echeverría, de las más de 2.800 que se le adjudican, llamada “Salsa de tomate”, fue grabada por Tito Puente con Celia Cruz en su álbum de 1970 “Alma con alma”.
Durante un tiempo, Echeverría se mantuvo alejado de la música debido a la muerte en accidente de tránsito de su joven hermano Gil Blas en 1972, que recién había sido contratado para cantar con la Billo’s Caracas Boys en Venezuela. Luego nació su primera orquesta, Adolfo Echeverría y los Mayorales, en la que grabó la mayoría de sus composiciones, algunas de ellas cantadas por él mismo, para el sello Caliente, división de Sonolux; y luego para Discos Fuentes y Felito Records, entre otros.
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